La educación de los hijos en casa, también conocida con el vocablo inglés homeschooling, es una tendencia que va progresivamente ganando adeptos en España, y que está bien establecida en otros países como Estados Unidos, donde un 2,2 por ciento de la población estudiantil (1,1 millones de estudiantes) seguía este método en el año 2003, cifra que había aumentado hasta 1,5 millones en 2007 según un informe del Gobierno de ese país. Sin embargo, mientras en Estados Unidos la educación en casa es plenamente legal (con variaciones en cada uno de los estados), en nuestro país hay varias sentencias, entre ellas una del Tribunal Constitucional de 2010, que niegan a los padres la posibilidad de educar a sus hijos en el hogar, haciendo prevalecer el derecho a la educación del menor sobre el derecho de los padres a elegir la educación que quieren dar a sus hijos. Así, aunque el Artículo 27 de la Constitución establece que la enseñanza básica es obligatoria y gratuita, lo que no excluiría la posibilidad de la enseñanza en casa al no concretar si la escolarización es también obligatoria, otros desarrollos legislativos posteriores (en forma de leyes de educación) sí que regulan este último término. Sin embargo, también hay sentencias en sentido contrario, como el caso del Juzgado de Primera Instancia de Alicante que en marzo de 2012 dio la razón a unos progenitores que se negaban a escolarizar a sus hijos. Algunos colectivos de nuestro país, como la Asociación por la Libre Educación, trabajan para conseguir que la educación en casa sea una opción más, como en Portugal, Francia, Italia o Reino Unido.
Dejando a un lado la batalla legal, las tres principales razones que aducen los padres de niños que son educados en Estados Unidos para elegir esta opción son, en este orden, "proveerles de educación moral o religiosa", "estar preocupados por el entorno escolar" y "estar insatisfechos con la instrucción académica y sus métodos de escolarización". Pero hay también otras causas: ciertos niños, por sus especiales características, necesitan de una atención intensiva por parte del educador, otros deben sufrir constantes mudanzas como consecuencia del trabajo de sus padres, y otros sufren problemas de acoso. Proponemos el visionado del vídeo a continuación de manera previa a leer nuestro posicionamiento al respecto:
El tamaño del vídeo ha sido adaptado al ancho de la entrada al incrustarlo.
Vídeo original consultado en: http://www.youtube.com/watch?v=dLSDL6xI9eo
Observamos en el vídeo, con las evidentes limitaciones sobre el análisis de la realidad de las que un documento de este tipo adolece, una experiencia de educación en el hogar que podría calificarse de exitosa. Sin embargo, no podemos sino posicionarnos en contra del homeschooling. Según nuestro punto de vista, sólo en circunstancias
muy concretas podríamos considerar recomendable que la educación de los hijos
se diera en casa y no en la escuela: así, creemos que el perjuicio que se ocasiona
al niño al privarle de un contexto de socialización tan relevante podría verse
compensado en el caso de determinados alumnos con necesidades educativas
específicas muy particulares, a las que sólo es posible responder con una
atención muy personalizada. En estas situaciones, la familia podría suplir la
falta de medios de la que la escuela está tan aquejada, pero la situación
distaría de ser ideal. Sería, a nuestro juicio, preferible dotar a la
escuela de más recursos (materiales y de personal) para responder adecuadamente
a todo tipo de diversidad.
Sin embargo, nos oponemos
diametralmente a la educación en casa desde una perspectiva más general. No
discutimos que determinados padres estén suficientemente preparados para educar
ellos mismos a sus hijos, pero creemos que el Estado debe garantizar la formación
de ciudadanos libres, y la escuela es hasta ahora el único sistema, por
imperfecto que sea, que está en condiciones de garantizar la libertad de
pensamiento, la libre elección de nuestros ideales, el pensamiento crítico.
Tras afirmaciones del tipo “No quiero que el Estado se inmiscuya en la
educación de mis hijos”, o “Tengo el derecho a elegir lo que mis hijos
aprenden” puede esconderse con demasiada frecuencia la voluntad de imponer la
propia visión de la vida a los niños: de hecho, los adeptos al creacionismo
están entre los partidarios del movimiento homeschooling en Estados Unidos, siendo su particular manera de comprender la
realidad muy lejana de los estándares que manejamos en nuestra sociedad actual.
¿Cómo podría garantizar el Estado que los ciudadanos son educados y no adoctrinados (en el sentido más negativo del término) si hay una escuela en cada casa? ¿Cuántos recursos deberían destinarse para ello? La escuela, que no deja de estar sometida a mecanismos de control, nos permite abstraernos de los prejuicios de nuestro círculo más cercano y elegir entre un abanico de opciones, aunque éstas estén condicionadas por nuestro contexto social. La escuela humaniza y socializa. La educación exclusiva en familia no puede, según creemos, hacer lo mismo.
¿Cómo podría garantizar el Estado que los ciudadanos son educados y no adoctrinados (en el sentido más negativo del término) si hay una escuela en cada casa? ¿Cuántos recursos deberían destinarse para ello? La escuela, que no deja de estar sometida a mecanismos de control, nos permite abstraernos de los prejuicios de nuestro círculo más cercano y elegir entre un abanico de opciones, aunque éstas estén condicionadas por nuestro contexto social. La escuela humaniza y socializa. La educación exclusiva en familia no puede, según creemos, hacer lo mismo.
Reconocemos, no obstante, que nuestro punto de vista no agota la discusión al respecto del homeschooling, y que es posible realizar muchas otras matizaciones que justificarían esta opción o que se opondrían a ella. Recomendamos, para obtener más información, la lectura de los siguientes enlaces, así como visitar la página Web de la Asociación por la Libre Educación que enlazábamos más arriba.
Revista de prensa:
- El País (16 de diciembre de 2010) - El Constitucional excluye la educación de los hijos en el domicilio familiar sin escolarización.
- El Mundo (16 de diciembre de 2010) - El TC niega el derecho a educar a los hijos en casa en vez de escolarizarlos.
- El País (17 de diciembre de 2010) - Sólo la escuela enseña a convivir.
- El País (12 de febrero de 2012) - La educación en casa aísla y adoctrina.
- Las Provincias (19 de marzo de 2012) - Una juez da la razón a unos padres que desean educar a su hijo en casa.
Muy buen tema para debatir José. Mi opinión, al igual que la tuya, es clara.
ResponderEliminarLa educación formal de los menores debe darse en la escuela ya que es el sitio adecuado (suponiendo que se dote con los recursos adecuados) para que se establezcan interacciones con otras personas más allá de la familia y relaciones con los iguales (aspecto que me parece fundamental). Al igual que es esencial que los niños/as aprendan a convivir y respetar la diversidad.
Por otra parte, no todos los padres y/o madres están preparados para la educación formal de sus hijos, y éstos deben saber y respetar que la opinión y valores de sus referentes está bien, pero también existen otras dispares.
Ánimo y un saludo compañero.
¡Muchas gracias por tu comentario!
EliminarEn efecto, en el artículo había mencionado la importancia de la socialización en la escuela, y una parte de ésta es, como tú escribes, el respeto a la diversidad. A través de la exposición a lo que es diferente a nosotros aprendemos a convivir, y eso difícilmente puede tener lugar sólo en el hogar. Sin embargo, los defensores del "homeschooling" afirman que los niños tienen oportunidades de socializar en otros contextos... lo que habría que pensar es si en esos "otros contextos", la socialización se produce de forma tan eficaz como en la escuela.
Para ahondar aun un poco más en la cuestión, cito algunos de los argumentos que, según Wikipedia, esgrimen los posicionamientos opuestos al homeschooling:
- Estándares inadecuados de calidad académica;
- Falta de socialización con compañeros de otros grupos étnicos y religiosos;
- Potencial para el desarrollo de extremismos sociales o religiosos;
- (Sobre)protección de los niños frente a la corriente social mayoritaria, o negación de oportunidades como el desarrollo social;
- Desarrollo potencial de sociedades paralelas que no encajan en los estándares de ciudadanía y comunidad.
Da mucho que pensar... ¡Un saludo!
Este tema hoy en día está bastante en actualidad.Y me parece un tema para debatir.
ResponderEliminarPara mi la educación formal de los menores también puede darse en casa hasta una determinada edad. Luego tienen bastante tiempo para ir a las escuelas y comunicarse con compañeros de su edad, y practicar una enseñanza en modelos colaborativos y constructivos.
Espero que sigas escribiendo estos diferentes temas José, me estan gustando mucho.
Un saludo.
Asun, ¡muchas gracias por tu comentario!
EliminarAprovecho la ocasión para dejar un enlace hasta el sitio web de la "Plataforma por la libertad educativa", que defiende el homeschooling. Os recomiendo la lectura de sus artículos de blog, porque dan una visión completamente diferente a la que yo propongo aquí. Permite conocer mejor cada punto de vista antes de formarse una opinión.
¡¡Un saludo!!
Me inquieta, en el tema propuesto y como habéis comentado, lo que puede implicar de aislamiento y cómo pueden verse afectadas las relaciones sociales.
ResponderEliminarEn mi experiencia personal noto que cada vez somos menos participativos en reuniones de Asociaciones de padres, en Asociaciones de vecinos, incluso en las reuniones de propietarios de una misma finca,..
Recuerdo cuando los estudiantes universitarios hacíamos huelgas y concentraciones para "reivindicar nuestros derechos" porque "nuestra unión hacía la fuerza" y lo valioso que era la camaradería y el apoyo del grupo. Mi hijo nunca me ha comunicado que su clase de Bachillerato, de Facultad o su grupo social tuvieran algo que reivindicar.
¿El homescooling no contribuirá a agrandar esta especie de burbuja de aislamiento actual?
¡Muchas gracias por participar en la puesta en común!
EliminarYo también pienso que la falta de participación es una de las constantes de nuestra sociedad, aunque tiendo más a achacarlo al modelo de comunicación jerárquico que se nos ha impuesto desde los medios de comunicación de masas... Internet ha venido a cambiar esto, y a propiciar más el diálogo horizontal y el trabajo colaborativo, con sus ventajas e inconvenientes.
La inacción de los jóvenes se debe quizá, también, a una falta de ideales por los que luchar. Desde mi punto de vista, no es que los jóvenes no sientan interés por debatir, es que los debates que se dan en el mundo adulto no les interesan. Estoy seguro de que se pasan horas discutiendo acerca de temas que les apasionan. Y como un ejemplo de implicación, tenemos los movimientos de protesta estudiantil que están teniendo lugar desde hace ya algunos meses en Quebec o en Chile, en los que precisamente las redes sociales (que según algunos teóricos nos aíslan en lugar de conectarnos) tienen un papel muy importante por su poder de convocatoria.
Siendo sincero, no sé a ciencia cierta si el homeschooling conduce al aislamiento. Muchos padres que defienden esta opción afirman que sus hijos establecen relaciones sociales de otra forma en otros contextos. Mi opinión es que esta socialización se realiza de manera menos eficiente que en la escuela, aunque mi visión podría estar sesgada porque la escolarización es la realidad que yo he vivido. Pero lo que resulta indiscutible es que la escuela da más posibilidades de interacción, y permite el contacto con capas sociales más extensas y variadas que a las que se tiene acceso a través de la educación en el hogar. Es a partir del trato con el que es diferente como, según pienso, aprendemos a apreciar la diversidad y a convivir: la escolarización sería, en este sentido, una experiencia imprescindible.
¡Un saludo cordial!
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